Contra sistemas rigurosos para administrar el correo electrónico, Sam Grobart, de The New York Times, sugiere relajarse y confiar en la tecnología. Propone:
- No organizar demasiado los mensajes, hoy es fácil encontrarlos.
- Ser implacable bloqueando remitentes indeseados.
- Autoenviarse con entrega diferida e-mails que hay que atender más adelante.
- No mantener más libretas de direcciones, los e-mails son una gran base de datos.
- Saber que ningún sistema es infalible.
La nota completa, acá.